n el marco del juicio por el asesinato ocurrido en 2015 en Bernardo de Irigoyen, el Tribunal resolvió realizar un receso para posibilitar que se busque del depósito de pruebas la motosierra que le había sido robada a Juan Almeida Rodríguez el día que lo mataron.
La intención era que el hijo de la víctima, que se hallaba testificando, pudiera corroborar fehacientemente que se trataba de la herramienta robada.
Tras un rato de búsqueda, los integrantes del Tribunal retornaron al recinto de debate con las caras largas. Es que la prueba, el elemento que había sido robado, no estaba en el lugar. De hecho, la presidente del Tribunal, jueza Lyda Gallardo, tuvo que explicar la situación a los presentes y, fundamentalmente, a la fiscal Bibiana Alderice que fue quien lo había solicitado.
También dicho por Gallardo, la desaparición de esa herramienta pudo haberse producido en el marco de los robos de armas que se produjo a principio de año y por el cual hay dos policías detenidos, que actualmente se encuentran alojados en el Penal de Loreto.