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22/06/2023

La guerra de los chips desata una competencia de subvenciones liderada por unos pocos países

La guerra de los chips desata una competencia de subvenciones liderada por unos pocos países
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as implicaciones de la batalla de los semiconductores son profundas y van más allá de la mera restricción de China en el desarrollo de su capacidad armamentística, como lo ha planteado la alianza liderada por Estados Unidos. Sin embargo, si nos quedamos solo con esta perspectiva, perderemos de vista una parte importante de la situación. Las principales potencias también necesitan reforzar desesperadamente su posición en la industria de los semiconductores, lo que está generando tensiones entre ellas.

Para comprender lo que está sucediendo, podemos centrarnos en cómo TSMC puede aprovechar el interés que tienen tanto Alemania, el motor de la industria europea, como Japón. Es crucial para Europa contar, a medio plazo, con una fábrica de chips de vanguardia de Intel y otra de TSMC en su territorio. El acuerdo para la primera ya está establecido y costará 30.000 millones de euros, situándose en Magdeburgo, una localidad del noreste de Alemania, a unos 150 km de Berlín.

Sin embargo, la planta europea de TSMC aún no está confirmada. Actualmente, el gobierno alemán está negociando con los directivos de este fabricante taiwanés de circuitos integrados, el más grande del mundo, las condiciones necesarias para construir una fábrica de chips en suelo alemán. Japón también tiene un gran interés en tener una planta de esta compañía y ha ofrecido una subvención del 50%, superando claramente el límite máximo del 40% establecido por la Comisión Europea. En esta coyuntura, está claro quién tiene la ventaja: TSMC.

El interés de las grandes potencias por atraer a los fabricantes de circuitos integrados ha colocado a estos últimos en una posición muy fuerte. Europa, en particular, necesita consolidarse en esta industria. Si no fuera por ASML, con sede en los Países Bajos, su relevancia sería testimonial. Esto ha llevado al gobierno alemán a ceder ante Intel y aceptar sus condiciones. La subvención que inicialmente recibiría ascendía a 6.800 millones de euros, pero finalmente contará con 10.000 millones.

El contexto descrito ha llevado a las grandes potencias a estar dispuestas a invertir grandes sumas de dinero para obtener una posición sólida en la industria de los chips. Sin duda, el país que más gastará es precisamente el que más necesita hacerlo: China. Según la organización estadounidense SEMI, durante 2024, el país liderado por Xi Jinping invertirá 16.600 millones de dólares en equipos de litografía. No puede destinar más dinero a esta partida debido a las sanciones que le impiden acceder a las máquinas de litografía de ultravioleta profundo y extrema que necesita.

Es difícil determinar cuánto dinero invertirá China en el desarrollo de su industria de circuitos integrados debido a su opacidad, pero es razonable prever que gastará más que cualquier otro país. También tenemos datos de Corea del Sur. Solo en 2024, este país destinará 21.000 millones de dólares en equipos de litografía, y Samsung, su principal corporación, invertirá una asombrosa suma de 230.000 millones de dólares durante las próximas dos décadas con el objetivo de destronar a TSMC, que actualmente lidera el mercado con contundencia.

En cuanto a la financiación estatal y las subvenciones, tenemos datos confiables tanto de Estados Unidos como de Europa. El Viejo Continente movilizará 43.000 millones de euros a través de inversión pública y privada mediante la directiva "Chips Act", y adicionalmente 8.100 millones a través del proyecto IPCEI ME/CT. Por su parte, Estados Unidos invertirá 52.000 millones en su industria de los chips.

No obstante, también vale la pena seguir de cerca a dos países que tienen mucho que decir en este ámbito: Japón e India. Este último está mostrando un fuerte impulso en varios campos, incluyendo los semiconductores.

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