l delantero Ángel Di María, uno de los históricos de la Selección, repasó su conflictiva relación con los hinchas argentinos, reconoció que le pesa (y mucho) su ausencia por lesión en la final de Brasil 2014, explica por qué es uno de los mejores a la hora de entenderse con Lionel Messi y asegura que en el Mundial de Rusia 2018, si el equipo nacional no levanta la Copa, gran parte de esta generación dará un paso al costado. También anticipó su regreso a Rosario Central.
Los comentarios
• "Los que te duelen son los que van más allá del juego. Cuando dicen 'este hijo de puta que no corre, que no juega por la camiseta porque allá gana millones'… Mi abuela se murió por la mañana el día que jugábamos contra Chile, en la Copa América de los Estados Unidos, y yo me quedé, no me fui. Estaba jugando y mi mamá estaba al lado del cajón de su mamá, de mi abuela. Y yo no pude estar con ella. Son cosas que no se pueden explicar, pero uno hasta llega a descuidar a la familia. Las críticas están perfectas, pero cuando se pasan es muy doloroso. Las burlas lastiman…"
Terapia para poder jugar
Manejar la cabeza pensando en Rusia 2018
• "Superar lo que hicimos en 2014 será muy difícil, hemos dejado la vara muy alta. Hemos llegado a una final, y eso no lo logra cualquiera. Ahora, en la recta final hacia otro Mundial, te pasan por la cabeza dos cosas, y no las podés manejar: por un lado querés jugar todos los partidos con tu club, y por otro lado se te vienen imágenes del Mundial, ya querés estar ahí y rogás que no te pase nada".
Historia, no leyenda
Título en Rusia o adiós a la Selección
La decisión más difícil
• "Varias veces se me pasó por la cabeza (dejar de jugar en la Selección), pero nunca terminé de confirmármelo internamente. Y creo, más allá de las críticas y las derrotas, que nunca lo hubiese hecho porque la Selección es el lugar más importante al que aspira un futbolista. Es un lugar único, es un privilegio".
Cómo jugar con Messi
Su entendimiento con "La Pulga"
"Puede ser que entienda su forma de jugar, me gusta mucho mirar al Barcelona, mirarlo a él. Si bien no es mi posición, miro mucho cómo le aparece Jordi Alba o cuando estaba Neymar, cómo se potenciaban o cómo Ney le marcaba opciones. Trato de mirar eso para, cuando me toca estar con Leo, servirle de la misma manera. Como pasó contra Ecuador, en Quito: él lleva la pelota, la suelta en profundidad, me da el pase, se la devuelvo atrás y él convierte. Es un típico gol de Leo, lo hace siempre, pero los rivales se terminan comiendo la misma jugada. Es difícil pararlo: hay que dársela con ventaja y él después hace lo demás".
Pensando en la primera fase del Mundial
Su ausencia en la final de Brasil 2014
"La final de Brasil que no jugué todavía me persigue. Pasará a la historia si la puedo jugar en Rusia, y además ganarla. Sería la única manera de olvidar esa final en el Maracaná. Todo el mundo me criticó, sospechó que no la quise jugar por eso de la carta que había llegado del Real Madrid, pero pese a que expliqué la situación siguieron diciendo boludeces. Es cierto que mandaron una carta: la recibí y la rompí sin leerla. Y dije: 'Acá nadie opina nada, yo estoy para jugar'. Fue una decisión de Alejandro (Sabella) poner a los que mejor estaban, y la respeté. Si hubiésemos salido campeones, nadie hubiese dicho nada. Pero perdimos y me cayeron insinuando que me había borrado. El partido que no jugué es el partido que más me duele de mi carrera".