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ace tres meses un conflicto vecinal se tornó un calvario para Alicia A., madre de dos niños de 10 y dos años este último, padece una delicada enfermedad en la piel por la que se encuentra en constante tratamiento. Ambos conflictos la dejan a la mujer con más de una preocupación, resulta que tras acceder a un inmueble otorgado por su padre en cuyo terreno fue construida dos viviendas, en un sector se encuentra Gladis Z., quien del primer día de alojamiento de la familia, causó varios conflictos haciéndose pasar por dueña del terreno ubicado en el barrio Jardín km.8.
Los conflictos que según la damnificada tuvo pasar desde que comenzó a vivir en su nuevo hogar, van de soportar el olor de la materia fecal del can (mascota de la vecina) que ronda por su patio, insultos y reclamos diarios ya que Gladis asume que es propietaria de todo el terreno, por lo cual Alicia alega que posee toda la documentación reglamentaria.
No obstante, la hostigadora lejos de llegar a un buen acuerdo para convivir en armonía respetando cada parámetro a pesar que la dueña actual sería Alicia A., quien afirma haber intentado un buen dialogo pero esto causó la ira en la mujer que destrozó un portón ubicado en uno de los extremos de la casa, destrozo que la familia no tuvo más remedio que repararlo por su propia cuenta. Ante la lamentable situación que la madre padece ante la mirada de sus hijos, cansada y con miedo de volver a intentar un pacífico acuerdo ya que además es hipertensa, mantuvo un dialogo con su progenitor que vive en Corrientes actualmente al no poder apersonarse a Eldorado en el marco de la pandemia por coronavirus y al ser paciente de riesgo, el hombre aportó el poder a su hija para que proceda al desalojo de la aparente irascible vecina. Lo llamativo es que en busca de hallar soluciones el primer paso que la familia optó por realizar fue, el corte en el servicio de energía eléctrica, este fue el punto que remarca Alicia al notar un erróneo procedimiento de la CEEL, ya que su vecina no cuenta con la documentación como corresponde y manifestó, “no presentó en la CEEL los requisitos que te exigen, ¿cómo pudo acceder a la luz y el agua?”, se pregunta y añade, “no quiero hacerle daño a Gladis pero no se puede convivir, es una mujer conflictiva, se aloja en la vivienda que fue construida por mi papá”. A la vez confirmó, “ella presentó en la cooperativa un contrato privado, recibos y un garante de la CEEL para contar con los servicios, dice que le vendieron el terreno y no es así”, expresó indignada.
Tras solicitar la intervención de la Cooperativa para dar la baja de los servicios, el Consejo de Administración señala que Gladis Z., aportó la documentación que requiere la institución pero la denunciante afirma, “que no cuenta con los requisitos necesarios para poseer los servicios. Necesito una solución por mis hijos que en reiteradas ocasiones vieron como esta mujer me insultó. Tengo miedo de seguir conviviendo cerca de ella. Espero que la CEEL revea la situación ya que cuento con todas las pruebas para clarificar la situación”, deslizó augurando una pronta solución.
