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yer el cabezazo de Darío Benedetto cambió el destino de la tarde y Boca se quedó con el Superclásico contra River, pero esa misma jugada pudo terminar en un escándalo, si el árbitro decía aplicar estrictamente el reglamento.
En el festejo desenfrenado fueron ocho los jugadores del equipo de Hugo Ibarra que se treparon al alambrado para festejar de cara a los hinchas, algo que suele castigarse con tarjeta amarilla, pero que ayer Darío Herrera decidió no sancionar y que hoy Federico Beligoy, Director Nacional de Arbitraje, defendió públicamente avisando que "primó el sentido común".
En caso de haberlo hecho Boca hubiese sufrido dos expulsiones en esa misma jugada. Marcos Rojo y Pol Fernández estaban amonestados en ese momento y con otra amarilla se iban a las duchas. Además, hubiesen recibido tarjeta Darío Benedetto, Nicolás Figal, Martín Payero, Norberto Briasco, Alan Varela y Juan Ramírez, en lo que hubiese sido un castigo masivo para la historia.
Boca - River: Qué dice el reglamento sobre las amarillas en los festejos de gol
Celebración de un gol
Los jugadores pueden celebrar la consecución de un gol, pero sin extralimitarse; no se deberán alentar las celebraciones coreografiadas y no deben ocasionar una pérdida de tiempo excesiva.
Traspasar los límites del terreno de juego para celebrar un gol no se considerará una infracción sancionable con amonestación, pero los jugadores deberán regresar al terreno de juego tan pronto como sea posible.
Incluso si el gol se anulara, se deberá amonestar al jugador que realice algunas de las acciones siguientes:
Es un apartado de la Regla 12.3: Medidas disciplinarias por faltas y conducta incorrecta. De los que están ahí colgados, en ese momento tenían amarilla Pol Fernández y Rojo nada más. También tenían Fabra y Advíncula pero no están colgados. Herrera usó el sentido común pero el reglamento lo amparaba si quería sancionar.
